Soy una persona que lucha cada día por cumplir sus sueños,
si, has oído bien, sus sueños. No quiero morirme y no poder realizar todos y
cada uno de los sueños que tengo en mente.
Muchas personas se ríen de mi al oírme hablar de mis sueños,
aunque en el fondo me rio yo más de ellos al saber que van por el camino fácil
y que lo único que son ganado de esta sociedad.
No os estoy contando esto para que al levantaros de vuestra
cama os digáis a vosotros mismos: me voy a comer el mundo. Eso nunca funciona,
yo lo he probado.
Pero del creérselo al realizar dicha acción que te lleve al
éxito hay un trecho un tanto grande.
Yo fui un empresario normalito, de barrio… bueno, no se me
podría considerar empresario. Esa palabra me venía muy grande en ese tiempo.
Cada día al despertarme de mi sudorosa cama, me levantaba
con temor a fracasar, si, tenía fobia al fracaso, no podría oír nada
relacionado con ello.
Sabía que el empezar un negocio sería una tarea difícil,
pero no sabía que lo fuera a ser tanto, y si, ya sé que ha ser de barrio es más
difícil por las limitaciones que tiene, pero que se le va a hacer, era novato.
Y mira que había mañanas que no tenía ni ganas de levantarme
por las depresiones que tenía el ver que el negocio no llegaba a los objetivos
marcados y era muy frustrante.
Me veía videos de cómo mejorar y de charlas de personas que
al parecer, tuvieron mejor suerte que yo.
Hacía todo lo posible para que no se hundiera y no había
manera, siempre estaba más hundida que a flote.
No paraba de luchar por un negocio que prácticamente estaba
en declive, pero un día me levante decidido, apreté los dientes y las nalgas
del culo, fui al servicio corriendo y ya relajado fue hacia la ya nombrada
tienda, desanimado entre en ella , prepare las cosas que se solían preparar y
me senté a esperar a la agonía profunda, pero fue justo cuando empezó a entrar
gente sin parar y no sabía el porqué.
Esta historia que os acabo de relatar tendría que tener
moraleja, pero creo que no o sino, la pongo yo. La moraleja es la siguiente: Si
eres vago, se vago. No intentes cambiar o las cosas te irán peor.
Por cierto, ahora tengo múltiples empresas y tengo
contratada a gente que hace el trabajo por mí, y me encanta, tenía que haberlo
probado antes, esto es la buena vida señores lectores u oyentes, como este esto
redactado.
Así que adiós y no ha sido un gran placer conoceros, podría
haber aprovechado el tiempo durmiendo, que solo tengo 23h libres al día.
0 comentarios:
Publicar un comentario